La aparición de Un mundo para Julius, en 1970, consagró tempranamente a Alfredo Bryce como uno de los escritores más importantes de nuestra lengua. Hoy, tras cincuenta años de su publicación, y con innumerables ediciones y traducciones, la novela sigue vigente y cosecha nuevos lectores por su belleza y fluidez, por el diseño humano de sus personajes y por el retrato que ofrece de toda una época. Julius, el protagonista, nos conduce por el mundo de los sentimientos y experiencias de la niñez: “Con la mirada de Julius”, nos dice Luis García Montero en el prólogo de esta edición, “Bryce Echenique consigue crear una forma de sentir, busca el conocimiento de la historia a través de la propia sentimentalidad, del arañazo íntimo de una determinada concepción del mundo como espectáculo sentimental”.