Ahí estaba yo, completamente sola, mientras montones de personas extrañas iban y venían a mi alrededor. Llamé a mi mamá y a mi papá a gritos, pero no me oían... ¡se habían ido y yo estaba perdida! Estaba muy asustada y empecé a llorar ¡No sabía qué hacer! Nunca me olvidaré del miedo que pasé cuando me perdí y del susto que se llevaron mis padres. Ahora, cuando vamos a algún lado donde hay mucha gente, voy fuertemente tomada de la mano de mi madre o mi padre. Además, siempre elegimos un lugar de encuentro, por si uno de nosotros se despista y se pierde. ¿Tú tienes un lugar de encuentro?