Testigo de excepción, Churchill -primer ministro británico durante los períodos 1940-1945 y 1951-1955- describe el transcurso de la segunda guerra mundial y los principales episodios que en ella acontecieron, desde la profundidad e inteligencia de su análisis y la intensidad de su vivencia, legando un testimonio directo sin parangón con ningún otro de sus protagonistas coetáneos: Hitler, Stalin o Roosevelt.