El propósito de esta obra, considerada continuación de La interpretación en psicoanálisis, es comprender con mayor profundidad lo que ocurre en la interacción entre paciente y terapeuta cuando se busca provocar un cambio psíquico en el primero. Coderch insiste en que prestar atención a la relación en sí permite captar tonalidades hasta entonces desapercibidas, haciendo hincapié en la intersubjetividad y la co-creación del vínculo analítico.