Antes, cuando escuchaba hablar sobre la importancia de «conocerse a unamisma», no lo entendía. Cuando llevas treinta años viviendo contigo, ¿sepuede saber qué es lo que te falta por conocer? ¿De verdad hay algo quepuede pillarte por sorpresa?En nuestro día a día, tenemos miles de sentimientos, personas, heridas,situaciones que nos generan malestar. Identificarlas y saber distinguirlas que podemos cambiar de las que no es muy importante para dejar dehacernos las preguntas de siempre ¿Por qué me noto tan sensible? ¿Porqué siempre estoy a la defensiva? ¿Por qué siento ansiedad? ¿Qué mepasa?Por eso, querida amiga, tenemos que hablar. Vamos a parar un momentopara conocernos, corregirnos, aceptarnos, perdonarnos. Y una parte muyimportante: para mandar a la mierda lo que sea necesario. A ver si asípodemos empezar a querernos tanto como nos merecemos, que ya toca.