El debate sobre si la red es buena o mala es irrelevante: la red está aquí para
quedarse y si bien somos cada vez más conscientes de los muchos problemas que
ha engendrado la era digital, lo que se requiere ahora es una respuesta humana a
la evolución de estas tecnologías. Para Rushkoff es imprescindible empezar a
codificar los cambios por los que estamos pasando y desarrollar un nuevo patrón
ético, comportamental y comercial para guiarnos.