La batalla continúa sin resolución a la vista. Todavía luchando por traer la paz a ambos lados, Ashitaka camina por una delgada línea entre las dos facciones en guerra. Primero, tiene que convencer a la princesa Mononoke de que confíe en él. En segundo lugar, tiene que comunicarse con Lady Eboshi antes de que ella elimine al venerado dios de la vida y la muerte.