Zara Zarandilla es un torbellino: inquieta, curiosa y dinámica, es lo que los mayores llaman una criatura «hiperactiva»; no podría dejar de hacer diabluras aunque quisiera, no se está quieta ni en sueños. Zara no para, y hay órdenes, como, por ejemplo, «nunca hagas cosquillas a un tigre», que le resultan imposibles de cumplir.