No existen excepciones para un encuentro con las hadas, los duendes y los fantasmas. Familiares que después de muertos vienen a despedirse de sus seres queridos, espectros que custodian ciertos lugares pesados, duendes que se manifiestan a los niños pequeños, ponen de manifiesto creencias, formas del lenguaje y otros elementos que forman la cosmovisión de nuestros pueblos.