El desdén por la capacidad artística e intelectual de las mujeres llevó a Mary Ann Evans a firmar sus escritos con el pseudónimo de George Eliot. Con una acentuada vocación intelectual y una inmensa capacidad de lectura en varias lenguas clásicas y modernas, evitó las salidas tradicionales para la mujer culta que tenía que ganarse la vida (ser profesora o institutriz) y se trasladó a Londres donde llegó a ser subdirectora de una revista, de hecho directora en funciones, desarrollando una amplísima labor intelectual en artículos y reseñas que aparecían de forma anónima.(*CR*)«Middlemarch» es la historia de una vocación, de las limitaciones que la sociedad patriarcal impone a una mujer con las aspiraciones de Dorotea Brooke. Es también la historia de la vida de unos individuos, sus relaciones personales, familiares y profesionales, sus aspiraciones y fracasos. Es, sin olvidar su subtítulo, “un estudio de la vida de provincias”.