Durante aquel dÃa y aquella noche permanecieron a la orilla del rÃo sin saber cómo salir de aquel aprieto, hasta que Jenofonte tuvo un sueño; soñó que estaba cargado de caden as y que éstas se escurrÃan por sà solas, de manera que q uedaba libre y podÃa pasar por donde querÃa.