En el año 73 a.C., setenta gladiadores encabezados por el galo Cirxus y el tracio Espartaco huyeron de la escuela de Léntulo Batuatus para escapar del trágico destino de una muerte degradada a la condición de espectáculo. Así arranca una de las aventuras más facinantes de la historia, un episodio que Koestler recrea como ejemplo paradigmático de cómo los movimientos de liberación pueden dsembocar en una tiranía.