Estos cuatro libros, que Confucio no redactó personalmente, son el canon de su escuela, conocida como «de los Letrados». Han sido traducidos por Joaquín Pérez Arroyo, quien además ha estado a cargo de la introducción y las notas. Frente al individualismo anarquizante del taoísmo, el confucianismo representa la dimensión social del hombre, cuya moralidad viene definida por el deber, la posición y la función, ya sea en la familia o en el Estado. Estos textos demuestran que la historia y la cultura chinas son incomprensibles sin las doctrinas de Confucio, como las europeas lo son sin la filosofía griega y el cristianismo.
