La gentrificación se ve facilitada por fuerzas mucho más poderosas que la del propietario promedio de clase media: están los gobiernos de las ciudades, los desarrolladores, los inversores, los especuladores y las plataformas digitales que desde lejos crean nuevas maneras de lucrar con el espacio urbano. La gentrificación de la vieja escuela de los años sesenta casi que parece pintoresca en comparación con los monstruosos procesos que ejercen presión sobre nuestros barrios.