Desde un miércoles en que, al volver de la escuela, encontró muy enferma a su mamá Moraima y vio cómo su papá la llevaba al hospital, Mercedes supo que tendría que hacerse cargo de la casa y de su hermanita María por lo menos durante unos días. Para colmo, su perra Chispita había desaparecido en la espesura del monte.