Para su gran deleite, a Jorge se le presenta una pequeña bicicleta; accede a ayudar a un niño con la ruta del papel; y, nuevamente debido a su curiosidad, lo llevan a una aventura fascinante. Tendrá problemas, sin duda, pero la aventura termina en un resplandor de gloria con Jorge actuando en un circo y rescatando galantemente a un asustado bebé oso.