Considerado uno de los ilustradores más importantes del siglo XIX, su imaginación, expresividad y su brillante técnica lo convirtieron en un artista original. Su influencia se dejó sentir muy pronto sobre numerosos ilustradores de toda Europa y América. Es a Doré a quien debemos el modelo iconográfico que del Quijote poseemos, como un personaje de triste figura, siendo sus grabados la representación gráfica más extraordinaria de la obra cervantina realizada hasta nuestros días.