Hasta hace no mucho el papel de los cientos de mujeres guerrilleras y militantes de partidos políticos de América Latina se había visto invisibilizado. El protagonismo que la historia canónica había asignado a los rostros masculinos en las gestas revolucionarias fue una de las razones de esa negación. Los dos grandes partidos políticos del siglo pasado, el APRA y el comunista, estuvieron definidos por una homogeneización de género evidente. Por este motivo, resulta extraordinario y revolucionario la presencia de Hilda Gadea en las filas del aprismo rebelde y su fascinante recorrido en Guatemala, México y Cuba. Hilda y el Che. Su revolucionaria compañera peruana en Guatemala y México es un libro fantástico. Es la narración de los episodios íntimos de una vida revolucionaria unida por el amor de dos jóvenes, la peruana aprista Hilda, y el singular e inquieto argentino de nombre Ernesto Guevara. Este libro cuenta hermosos episodios caracterizados por la alta sensibilidad que ambos tienen hacia las injusticias sociales de nuestro continente. Sin embargo, ni la sensibilidad ni la intimidad que recorren cada palabra de este libro, impiden que se observe el profundo compromiso revolucionario de Hilda y Ernesto, para transformar nuestros países. Se ha dicho que Hilda Gadea ejerció tremenda influencia política en quien sería más adelante el “Che” Guevara. Este libro, compilado por Ricardo
Gadea, su hermano menor y exdirigente del Movimiento de Izquierda Revolucionaria, lo demuestra claramente y con toda autoridad.
