Howard Phillip Lovecraft no estaba a gusto con el mundo real, y decidió refugiarse en un mundo fantástico, pleno de espanto y horror. En los laberintos de su universo siempre se sintió amenazado y perseguido, sobre todo por la civilización, que no paraba de arrinconarlo. Desde esa pesadilla construyó una obra única, inquietante y perturbadora.