Gregorio Condori Mamani y Asunta Quispe Huamán fueron una pareja de migrantes que arribaron a la ciudad de Cusco con el propósito de buscar una vida mejor. Ambos tránsitos vitales ejemplifican la dedicación y el esfuerzo por el trabajo, Gregorio de cargador y Asunta de cocinera. Aún durante la mitad del siglo pasado en el Perú se conservaban estructuras económicas donde los hacendados excluían del circuito económico y productivo a las poblaciones campesinas. Por esta razón, las vidas de Gregorio y Asunta estuvieron signadas por la pobreza y por el sufrimiento, a partir de donde enunciaron y direccionaron el desarrollo de sus recorridos sociales. Gregorio, luego, se convierte en la imagen paradigmática del cargador cusqueño. Junto a Asunta, narran sus historias en voces quechuas que además establecen un testimonio escrito surgido de la oralidad.