Reconocer el valor propio es una tarea difícil para muchas personas. Desde niños recibimos mensajes que disminuyen nuestra autoestima. Es tarea de quienes tenemos niños bajo nuestro cuidado —seamos padres, tíos, abuelos, hermanos, tutores o profesores— ayudarles a reforzar una percepción positiva de sí mismos, no permitir que la luz que brilla en su interior se apague y llenarlos de razones para amarse y expresar su verdad. Algunos niños crecen en ambientes favorables que les dan la posibilidad de avanzar de manera positiva en su vida. Otros crecen dudando de sus capacidades, pues reciben simultáneamente lecciones de amor y temor. Otros más han crecido en ambientes inseguros, establecidos sobre el temor. Todos nosotros crecimos bajo alguno de esos tres parámetros. Pero nunca es tarde para corregir y recuperar la seguridad, la autoestima y la alegría. En otras palabras, encender nuestra luz interior. La autora, maestra y madre, ofrece una guía concreta y directa para evitar que nuestros niños apaguen la luz con la que han nacido, y para que recuperen el brillo en el espíritu y la mente de quienes lo han perdido, incluso de personas adultas.