Es difícil encontrar a alguien que te de trabajo sin preguntar demasiadosobre tu pasado. Así que le agradezco al universo que, milagrosamente,los Garrick me hayan dado empleo limpiando su impresionante ático convistas a todo Manhattan y preparándoles comidas sofisticadas en suinmensa cocina. Puedo trabajar aquí durante un tiempo, ser discretahasta conseguir lo que quiero.Es casi perfecto. Sin embargo, todavía no he conocido a la señoraGarrick ni he podido ver lo que hay dentro de la habitación deinvitados. Estoy segura de que la oigo llorar. Veo las pequeñas manchasde sangre en el cuello de sus camisones blancos cuando hago la colada.Y, un día, no puedo evitar llamar a su puerta. Cuando esta se abrelentamente, lo que veo lo cambia todo...Es entonces cuando hago una promesa. Douglas Garrick se ha equivocado. Yva a pagar. Es todo una cuestión de hasta dónde estoy dispuesta allegar...***Y, a partir del 11 de julio, asegúrate de que no te pierdes Laasistenta te vigíla