El hijo de un molinero solo recibe como herencia un gato flaco, circunstancia que lo tiene triste. Lo que no sabe es que ese felino es más astuto de lo que aparenta; ya que, valiéndose de una serie de argucias, unas botas y una bolsa, se las ingeniará para que su amo logre los favores del rey y, además, casarse con la princesa, lo que le da el título de marqués.