A principios de los años ochenta, L. Cohen se trasladó al sur de Francia y en una caravana aparcada en medio de la Provence empezó a estudiar el Talmud, la obra del poeta místico hindú Kabir y los salmos del Rey David, escribiendo una serie de textos que yuxtaponían zen y judaísmo en un cuaderno destinado a convertirse en el Libro de la misericordia, probablemente la obra más confesional y salmódica escrita en nuestra cultura occidental contemporánea.