«Nunca he preparado las preguntas de una entrevista con tan obsesiva dedicación como en mayo del 2000, cuando supe que, por fin, podría lograr una de mis más altas ambiciones periodísticas: entrevistar a Mario Vargas Llosa. Eran las postrimerías del aciago régimen fujimontesinista y Vargas Llosa, tras una larga ausencia, regresaba al Perú en vísperas del grosero fraude electoral de la re-reelección para presentar una novela que era, además, un nuevo y potente alegato contra la dictadura: La fiesta del chivo».En esta extensa entrevista de Beto Ortiz, que el propio Mario Vargas Llosa calificó, en su momento, como una autopsia del alma, el Nobel comparte detalles inéditos de su vida y obra: la relación con su familia, su vocación y sus influencias literarias.