La (falsa) despedida de Holmes al final de Su último saludo (1917) parecía confirmar su adiós definitivo. Pero cuatro años más tarde, el editor de The Strand solicitó a Doyle nuevas historias del detective. Estos últimos relatos aparecieron recopilados bajo el título El archivo de Sherlock Holmes (1927). En estos relatos se aprecia un tono más duro y violento, cercano a la novela negra americana, como en Los tres Garrideb; aunque en otros podemos encontrar componentes de horror gótico (Shoscombe Old Place), elementos sobrenaturales (El vampiro de Sussex), o incluso de ciencia ficción (El hombre que reptaba). Una novedad: en El soldado de la piel descolorida y La melena de león el narrador es el propio Holmes.