No es necesario preguntarse sobre la utilidad de la tecnología en la escuela, tal como no se nos ocurriría cuestionar la de los libros o las pizarras. Como instrumentos de información y comunicación, el ordenador, Internet, las enciclopedias interactivas digitales o la televisión son tan buenos o malos auxiliares del proceso enseñanza-aprendizaje como los tradicionales. Lo esencial es saber cómo se los usa, quién los usa y con qué fines. Tampoco cabe duda acerca de si debe incluirse o no en el equipo de recursos pedagógicos, pues ya forma parte del mismo desde que forma parte de la vida de las personas.