Algo extraordinario sucede en el depósito de chatarra: ¡está vacío y limpio! El dueño del terreno ha estipulado en su herencia que Titus Jonas, actual arrendatario, debe organizar un partido de fútbol ¡con los miembros originales de su equipo del colegio! Si gana, el terreno es suyo; si pierde, el terreno pasará a manos de alguien muy desagradable que convertiría el querido depósito en un restaurante.