Moscú. Julio de 1987. El multimillonario magnate neoyorquino visita Rusia por primera vez, invitado por el gobierno soviético. Londres. Diciembre de 2016. Luke Harding se reúne en secreto con el exagente del MI6 Christopher Steele en un pub londinense para hablar sobre las conexiones entre Rusia y el recién elegido presidente Donald J. Trump. Harding trabaja en dos líneas de investigación: el dinero y las mujeres. Washington. Enero de 2017. El explosivo dossier elaborado por Steele expone que el Kremlin ha estado «cultivando, apoyando y ayudando» a Trump durante años y que tienen información comprometedora sobre su persona. Trump responde en Twitter «¡NOTICIA FALSA!». Valiéndose de información confidencial y de su amplio conocimiento sobre los círculos de poder, el autor expone los sórdidos detalles de un enredo colosal que involucra espías rusos, gángsters, concursos de belleza, blanqueo de dinero, disidentes envenenados y hackeo de ordenadores, y arroja luz sobre poderosas figuras rusas como Aras Agalarov, Natalia Veselnitskaya, Serguéi Kisliak, Serguéi Gorkov e Ígor Sechin, cuyas motivaciones e instrucciones seguramente provienen de Vladímir Putin. El fiscal especial, Robert Mueller, ya ha presentado acusaciones contra varios de los protagonistas estadounidenses de esta supuesta conspiración, incluido el jefe de campaña de Trump, Paul Manafort, y es muy probable que sigan más conforme se va agudizando la crisis en el seno de la ejecutiva del presidente. Este libro llega al corazón de uno de los mayores escándalos políticos de la era moderna. Rusia está moldeando un nuevo orden mundial a su favor que pone de relieve la fragilidad de las democracias. Entender lo que ocurre es el primer paso para combatirlo.