Criollo y erudito, Eloy Jáuregui es capaz de hablar de obra poética de Eielson o de la periodística de Vallejo, igual que de la música de Lucha Reyes y la de los Shapis, dejando siempre datos curiosos, de esos que los buenos lectores deberán valorar y que podrían llenar miles de anecdotarios literarios. Pero Eloy presenta también sus recuerdos más íntimos en una Lima que parece que no volverá y que al mismo tiempo nunca se ha ido como la propia La Habana que lo fascina, Jáuregui es capaz de mezclar el mundo popular y el intelectual y de mostrarnos esos intersticios de la cultura en el que los peruanos deberemos encontrar que nuestra identidad es múltiple y compleja, llena de contradicciones pero también de alegrías.