«Preferiría no hacerlo». Cuando Herman Melville dio vida al personaje del escribiente Bartleby creó sin saberlo el modelo a seguir para algunas de las más brillantes plumas de la literatura universal, escritores que dejaron de escribir sin que nadie pudiera saber nunca por qué. A caballo entre la novela, el ensayo y el diario personal en una original fórmula que lleva el sello inconfundible de su autor, Bartleby y compañía es una reflexión con una pregunta como telón de fondo: ¿por qué renunciar a la literatura? Quizá las grandes obras se escondan detrás Mercedes López-Ballesteros, apadrinada por el escritor Javier Marías, quien llegó a leer entusiasmado la primera parte, es exacta, fiel y de gran aliento, y transmite certeramente el famoso estilo proustiano. En estas páginas deslumbran al lector las evocaciones de la infancia del narrador, sus inteligentes digresiones, los agudos diálogos y el retrato de personajes inolvidables, entre los que destaca Charles Swann. Alabado tanto por su estilo como por sus aportaciones estéticas, en este primer volumen de la saga ya se apuntan los grandes temas que preocupaban a Proust: el arte, la memoria, la naturaleza humana y, por supuesto, el Tiempo. De esos silencios que siguen a la famosa cita de Melville. Quizá, después de todo, sea preferible no escribir.