El domingo de Pascua de 1342, la apacible aldes de Hookton es víctima del brutal ataque de Guillaume d’Evecque y sus hombres, entre los que se encuentra el despiadado y misterioso Arlequín. El pueblo queda devastado y el único superviviente es un joven arquero, Thomas. Bernard Cornwell nos traslada a los momentos iniciales de la Guerra de los Cien Años y a la batalla de Crécy(1346), la primera vistria de un ejército integrado principalmente por infantería y en el que los arqueros al servicio de Eduardo III se revelaron como una fuerza capaz de decidir el desenlace de las batallas.