A la luna le encantan los paseos escolares, y esta vez su muestra los llevará al museo de arte. Tiene su lonchera lista y su cámara preparada. Entre esculturas y cuadros, Luna está pasando un gran día, hasta que Finn, su compañero, le arranca dibujos. Luna no entiende porque Finn es así, pero quizá lo único que necesite es un amigo con quien platicar.