Que su novio la abandone no es como Veda planeaba comenzar su verano. Cuando Mark deja en claro que lo de ellos se acabó, Veda está desconsolada y humillada, pero, lo que es más importante, está inspirada. Entonces se embarca en la búsqueda del amor de su vida: usa el verano para olvidar a Mark, seguir adelante y avanzar. Todo lo que tiene que hacer es besar a veintiséis chicos con veintiséis nombres diferentes, uno para cada letra del alfabeto. Desde la parte superior de la rueda de la fortuna en el carnaval de su ciudad natal hasta las dunas de arena del lago Michigan, Veda aprovecha cada oportunidad que puede para agregar besos (y chicos) a su lista, y pronto la ruptura no duele tanto. Pero justo cuando Veda cree que tiene todo lo relacionado con los besos, se encuentra con alguien que pone su mundo patas arriba.