A finales de los sesenta, los Stones iniciaron un accidentado camino en busca de su propia identidad. Y lo encontraron en forma de cuatro discos magistrales: Beggars Banquet, Let it Bleed, Sticky Fingers y Exile on Main St., que sirvieron para enterrar su eterna comparació n con los Beatles y que ayudaron a fundar las bases de su sonido moderno.