Estas siete historias componen un descenso al infierno de la urbe limeña, de la mano de una banda de muchachos. En ellas, han pateado en el suelo a la jerma de Lapicero y la han hecho abortar; Boquita tiene un hueco en el vientre por donde cuelga parte del intestino; a las chibolas se las llevan de tute y las violan, al hilo, una horda de subnormales; Chupijel mete cizaña y actúa por venganza; Lobo quiere plantarse porque la libertad no tiene precio, pero no puede. Así se compone un círculo, en dos planos simultáneos, donde el peligro y el caos han impuesto el perfecto guion para relatos sin respiro. Fomenta el entendimiento de la realidad de otras personas de la sociedad peruana.