A las cinco de la mañana los soldados pueden llamar a tu puerta para comunicar lo que ya temías: tu hijo ha muerto defendiendo la tierra de Israel. Para ahuyentar esta visita, Ora, una mujer madura que ha tropezado más de una vez con el dolor, decide dejar su hogar y andar sin rumbo por los campos que rodean Jerusalén. Intuye que, mientras ella camine, su hijo Ofer, enrolado como voluntario en el ejército, estará a salvo.