«La mujer rota es la víctima estupefacta de la vida que ella misma
eligió: una dependencia conyugal que la deja despojada de todo y de su
ser mismo cuando el amor le es rehusado. Sería en vano buscar moralejas
en estos relatos; proponer lecciones, no; mi intención ha sido
totalmente diferente. No se vive más que una sola vida, pero, por la
empatía, a veces es posible salirse de la propia piel. Me siento
solidaria de las mujeres que han asumido su vida y que luchan