En la vida, como en la alquimia, la clave está en tener los conocimientos para transmutar y convertir en oro lo que se presente en tu camino. Tu destino no está escrito. Cada día es una oportunidad nueva para detenerte, poner un ojo apreciativo en el presente y encontrar el potencial en lo que tienes. Tanto tu mentalidad como tu libertad de elección son recursos que no debes tomar a la ligera, pues es por medio de ellos que construyes tu experiencia de vida. Tienes la oportunidad de alterar loque te sucede a través del pensamiento y la atención conscientes —como lo haría un sabio alquimista en su laboratorio— y así obtener grandes riquezas.