En el epílogo de su vida, Oswaldo Reynoso reunió un
último conjunto de textos (memorias, reflexiones,
cartas, relatos, poemas) y los preparó para la
imprenta. Estos, de naturaleza libre, repasan con
fina insistencia los tópicos de la ética y estética que
el autor arequipeño había perseguido durante años.
El resultado fue –es– un compendio entrañable
sobre el deseo, el arte, el gozo, el amor, expuestos en
el estilo incomparable de uno de los maestros de la
literatura peruana.
Los escritores verdaderos son aquellos que incluso
en su momento último buscan un gesto, una
postura digna, una celebración trascendente para su
escritura.