Tras vencer al Equipo Y, el Z se mide al Equipo W en la primera selección. Isagi entiende que solo evolucionará si “roba” en pleno juego el arma de sus rivales y toma decisiones al instante. Con Ego empujando al extremo el experimento, la presión convierte cada jugada en una apuesta por definir al delantero definitivo.