Mario Darío es un estudiante que odia leer, odia el curso de Castellano y odia su nombre. Él no desperdicia la oportunidad de fastidiar al profesor Arosemena, su profesor de Castellano, a pesar de que cada vez que lanza en clase alguna respuesta jocosa, el maestro le encarga una tarea de Castellano y Literatura. De esta manera, y de manera involuntaria, Arosemena se convierte en el detonador de diferentes situaciones que involucran a Mario: el desafío académico, la relación con su familia y, por supuesto, el amor. Mario Darío, que al principio dice odiar todo lo relacionado a la Lengua y la Literatura, termina escribiendo un diario y versos de amor.
